Tal día como hoy, 20 de noviembre, pero hace 12 años, abrió sus puertas el Hospital de Alta Resolución de Utrera. Actualmente podemos decir que han aumentado los despachos, pero han disminuido los profesionales que atienden a su población de referencia (Utrera, El Coronil, Los Molares y El Palmar de Troya).
Los recortes de personal han sido continuos en el tiempo, así como la reducción de camas y quirófanos. En el último trimestre de 2018, el Comité de Empresa, en el que se incluye el SMS, ya lleva dos concentraciones debido a que las carencias detectadas ponen en peligro a los ciudadanos de su zona y han sido puestas en conocimiento de la empresa.
Ninguno de los dos escritos presentados han sido atendidos por el director de Gestión que, lejos de reunirse con los profesionales, envía un comunicado de 15 páginas y por correo electrónico, imponiendo unilateralmente sus criterios con un lenguaje poco adecuado, cuando no despectivo, a la presidenta del Comité y en el que transmite, justifica y enaltece las imposiciones que transmite. Inaceptable.
Quizás por eso no siente vergüenza alguna al expresarse en estos términos: “La contratación a tiempo parcial que se desarrolla es la necesaria, estrictamente, por las circunstancias de la producción”. Para este gestor, los pacientes son productos y no ve que las contrataciones a tiempo parcial, además de precarizar a los contratados en estas condiciones, no hacen sino aumentar los contratos de personal que no hay; por eso se producen cada vez más huecos no cubiertos y mayor abuso de los escasos recursos que tiene. Pero como la pólvora es del rey, que siga la fiesta.
En las condiciones referidas no es raro que consideren normales las denegaciones de reducción de jornada para el cuidado de hijos y por permisos de paternidad cuando dice “la agencia podrá denegar la citada reducción fundada en causas o motivos de índole organizativa”. Y diríamos nosotros que, más bien, son causas de origen “des-organizativas” fundadas en la pésima gestión de los recursos humanos de que disponía, puesto que cada vez los hace más escasos.
En fin, el director de Gestión de la Agencia Sanitaria Pública Bajo Guadalquivir no puede dar solución a ninguna de las reivindicaciones del personal por muy evidentes y beneficiosas que sean para los usuarios del sistema sanitario público porque, para él, están todas cumplidas por decreto de la dirección.
Y los profesionales, por su parte, con objetivos cada vez más inalcanzables y con mayores deseos de abandonar este barco tan mal patroneado.