Fue oírlo y nos dio un vuelco el corazón. Ayer mismo dijo nuestra consejera de Salud en el Parlamente andaluz ¡que hay dinero! Tantos años oyendo que no se podía subir el FRP a los médicos de familia, que había que cerrar quirófanos y consultas de tarde o que no se podía renovar a los temporales porque no había dinero, y resulta que era mentira, que sí que hay, ¡qué alegría, consejera!
Qué subidón les dio a los médicos que no cobran la actividad extra de tarde desde hace meses. Qué gozo para los oídos de los radiólogos que cobran los informes de las mamografías a 3 euros con 25 céntimos (hay que ponerlo con letras, porque si se escribe que cobran 3,25 € parece una errata). Qué bien, consejera. Ahora ya podrá acabar con la explotación encubierta de las guardias localizadas y pagar la actividad de tarde como Dios manda. Qué satisfacción para los miles y miles de pacientes que llevan meses, o años, esperando una intervención quirúrgica. ¡Basta de quejas, que sois unos cenizos!, que ha dicho Catalina que, por dinero, que no quede.
Pero qué poco nos duró la alegría. Porque lo que explicó la consejera no es en qué piensa invertir el dinero que tiene, sino en qué se había gastado el que ya no tiene. Entre el presente de indicativo y el pretérito pluscuamperfecto hay un mundo. Un abismo de despilfarro.
Explicó Catalina en qué se había pulido no el presupuesto de este año o el del año pasado (¡el más alto de la historia!), sino el de los últimos 6 años. Pues nada, cosillas, que el dinero se va sin señor: que si infraestructuras, que si más tecnología, más PET-TAC y cirugía robótica, más plantilla y, lo mejor de todo, tres pactos como tres soles con la mesa sectorial. ¿Qué pactos, consejera? ¿El de limitación de las agendas a 35 pacientes, que no cumple? ¿El de la continuidad asistencial en AP, que tampoco cumple? ¿O el de la mejora de la Atención Primaria, que los cuatro que firmaron ahora dicen que si lo llegan a saber no van? Con de los pactos no estuvo usted fina, consejera, las cosas como son.
Y proclamó ufana que somos la comunidad que más ha aumentado la tasa de camas por habitante, incluida la de camas UCI. Aunque no sabemos si ha descontado las camas del Hospital Muñoz Cariñanos, incluida su UCI, que han cerrado hace unos días. Sí, mujer, seguro que se acuerda: el antiguo Hospital Militar de Sevilla, ese que nuestro presidente inauguró tres veces. Y que somos la comunidad que más se ha acercado a la media del gasto en sanidad por habitante. Si el que no se consuela es porque no quiere.
“¿Y cómo se hace todo esto?” se pregunta retóricamente Catalina. Pues cómo va a ser, hombre de Dios, con dinero. Es que no os enteráis porque no queréis, que tenéis muy mala idea. Eso es lo que pasa. Pero ella a lo suyo. No a fastidiarnos, no, no seáis malpensados: a mejorar los indicadores en salud y la salud de los andaluces.
Se le pasaron cosillas. Se le olvidó que seguimos de los últimos en gasto sanitario por habitante, que a pesar del aumento de plantilla los centros de salud siguen sin médicos y que la lista de espera le da la vuelta a Andalucía. Pero es que tampoco se puede estar en todo.
No es por ser aguafiestas, pero si con tanto dinero y tanta alharaca estamos como estamos. Si con tanto acuerdo de mesa sectorial y tanto presupuesto, con tanta infraestructura y tanta plantilla, se tarda un siglo en conseguir una cita con el médico de familia o en que te operen de la rodilla, más vale no pensar cómo estaríamos si no tuviéramos tanta pasta y una mente tan preclara al frente de nuestra sanidad pública.
Comité Ejecutivo del SMA
*Fuente: SMA