Miles de personas protestan por las calles de Sevilla por los «recortes» en Salud

Decenas de miles de personas -personal sanitario de la Junta y usuarios- se movilizan contra los recortes sanitarios y reclaman a las puertas de la Junta mejorar el sistema. La indignación por la crisis de la sanidad pública desborda al Gobierno andaluz.

Mientras los partidos políticos que disputan el poder a Susana Díaz reajustan su estrategia -tras la imprevista llegada de Pedro Sánchez a Moncloa-, la mayor oposición al Gobierno andaluz está en la calle. Decenas de miles de personas se manifestaron el domingo por el centro de Sevilla reclamando “una sanidad pública sin recortes”. Algunas fuentes cifran la multitud en 10.000 indignados, otros elevan el número hasta 60.000. Eran muchísimos, están muy bien organizados, y hacen mucho ruido social a pocos meses para las elecciones andaluzas y municipales. Ni la Junta ni el PSOE andaluz saben ya cómo pararlo y entre los alcaldes socialistas -alguno había ayer tomando nota de lo que pasaba- empieza a cundir el pánico. Ellos son los que más de cerca ven el cabreo de sus vecinos cuando salen del centro de salud después de horas y horas de espera en la consulta.

El Gobierno de Andalucía asume que tiene un problema serio. Es incapaz de cicatrizar la profunda herida de descontento y rabia que se ha instalado en el personal sanitario andaluz y en las decenas de miles de pacientes que se manifiestan en la calle en protesta por el deterioro de la salud pública tras años de recortes. El Ejecutivo de Susana Díaz se quedó absorto en octubre de 2016 cuando vio desfilar por las avenidas de Granada a más de 50.000 personas protestando por la fusión de dos hospitales de la capital granadina. Antes de que terminase el año el incendio de la indignación sanitaria se había extendido a Huelva y a Málaga, donde se movilizaron otras 70.000 personas.

Este domingo, dos años después de aquello, decenas de miles de personas han vuelto a manifestase en el centro de Sevilla con las mismas reivindicaciones. Ya no reclaman medidas concretas. Vienen a denunciar el desgaste de la calidad en la sanidad pública andaluza. La Junta de Andalucía no sabe cómo taponar la herida. Desde 2016, Susana Díaz ha pedido disculpas públicamente en reiteradas ocasiones (en entrevistas televisadas, en sesión parlamentaria, en la inauguración de instalaciones sanitarias); ha destituido a casi toda la cúpula de la Consejería de Salud que había entonces, la que se desayunó por sorpresa la primera protesta masiva; ha frenado el proyecto de fusión hospitalaria de Granada, la espita que desató la marea blanca; y ha pedido a todo su gabinete reforzar el mensaje político en defensa de la sanidad pública, la llamada “joya de la corona del Gobierno”.

La presidenta andaluza, que no puede confrontar en abierto con sus médicos y sus pacientes, ha aprovechado los ataques de la oposición política para denunciar “la pinza entre el PP y Podemos”. Su defensa articula una especie de complot de la derecha para desprestigiar la sanidad pública y “alarmar a la ciudadanía” con el oscuro objetivo de “abrir la puerta al negocio de las farmacéuticas y las empresas sanitarias privadas”. Pero la calle está cabreada y se mueve por impulsos propios, hay demasiada gente manifestándose para digerir esa teoría de la manipulación política y mediática.

Fuente: SMA

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