Doña Ana Mª. Alvarez Silván, creadora de la primera unidad andaluza de oncología pediátrica en el Hospital Infantil, aunque jubilada desde 2005, continúa comprometida con los niños oncológicos. Tanto en un análisis que hace en el diario ABC de Sevilla, como en una entrevista publicada en Diario de Sevilla marca, como objetivo más que prioritario, la creación de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos pues, como dice, “cuando no se puede curar, siempre se puede aliviar”. Estos cuidados paliativos lo son tanto orgánicos como psíquico, social y espiritual, con independencia de la edad, posición social, raza, religión o procedencia, están siempre a favor de la vida y consideran la muerte como un proceso natural de modo que se evitan dos grandes errores médicos, la muerte inducida o eutanasia y el encarnizamiento terapéutico.
Y como el niño no es un adulto pequeño, deben ser atendidos por pediatras preparados en agonía y muerte, para que ellos y sus familias estén arropados y confortados en todo momento
Los Cuidados Paliativos Pediátricos (CPP) están reconocidos por la OMS desde 1990. Su falta hace que solo el 20 % de los niños que fallecen lo hagan en su casa, al no tener garantizada una asistencia de calidez y calidad.
Estas unidades son un ahorro para el hospital al evitar la ocupación de camas que cuestan unos 600 €/día mientras que la atención domiciliaria es de 60 €/día y sus recursos son, para 24 horas al día, 365 días al año, de 3 paliativistas pediátricos, tres enfermeras, un psicólogo y una infraestructura básica.
Y termina la Dra. recordando la gran importancia del seguimiento a los jóvenes curados mediante una unidad creada exprofeso para ello, para vigilar las secuelas que, en todos los sentidos, puedan producirse.