En el contexto de la tradición conocida como la “Quema del Judas”, el pasado 31 de marzo, Domingo de Resurrección, en la ciudad sevillana de Aznalcóllar varios vecinos prendieron fuego a la figura de una médica e hicieron estallar un petardo en la cabeza de otra que representaba a una administrativa. Junto a los títeres, dos carteles rezaban: “Por salas de espera llenas y consultas vacías” y “Quemamos sin compasión a la sanidad sin vocación”. En una mesa al lado se podía leer otro cartel que indicaba que no había citas hasta 2026:
Estos gravísimos hechos constituyen un desprecio inaceptable a los trabajadores de la sanidad y podrían ser constitutivos de delito, una posibilidad que nuestra organización está estudiando para interponer la correspondiente querella contra sus autores. Confiamos en que el alcalde de Aznalcóllar rechace públicamente este acto deplorable y muestre su apoyo a los trabajadores sanitarios de la localidad.
Este hecho expresa un odio a los facultativos y, en general, a los trabajadores sanitarios que nos alarma y nos preocupa sobremanera. Una parte de la población de esta localidad, seguramente minoritaria, culpa a los trabajadores de las carencias de la Atención Primaria y dirige hacia ellos su agresividad por este motivo. Por desgracia, demasiadas veces el ataque no es simbólico, sino real.
Pero la única responsable de las carencias de la Atención Primaria es la Junta de Andalucía, que mantiene en precario a este sector clave de la sanidad desde hace décadas. La falta de recursos y el maltrato a los facultativos hace que cada vez menos médicos opten por trabajar en Atención Primaria, una situación que el SAS se niega a abordar con medidas como la equiparación retributiva de los facultativos de Atención Primaria a la Hospitalaria.
De hecho, la Junta sigue sin reconocer que las graves carencias de la Atención Primaria están detrás del incremento de las agresiones al personal sanitario. Tampoco asume que las actuales medidas contra las agresiones son insuficientes y que se necesitan campañas de sensibilización de la sociedad contra estas agresiones, como tristemente demuestra el acto aquí denunciado.
Los autores de esta agresión humillante e intolerable, que acrecienta el temor de los profesionales y su desánimo, deberían dirigir sus críticas a los políticos que, con su inacción, llevan décadas dejando que la Atención Primaria se muera. Los médicos son tan víctimas como los pacientes de la irresponsabilidad de los sucesivos equipos, de uno y otro partido, que han pasado por el SAS sin hacer nada por la Atención Primaria.
En cualquier caso, los autores de estos actos deben ser identificados y su posible responsabilidad penal depurada. Insultar y menospreciar a un todo un colectivo no puede salir gratis. Por ello instamos a las autoridades locales y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad a que lleven a cabo las acciones necesarias para aclarar estos graves hechos y resarcir a los trabajadores sanitarios del ultraje recibido.