Los farmacéuticos y veterinarios del Cuerpo Superior Facultativo de Instituciones Sanitarias son los facultativos que soportan las peores condiciones laborales y retributivas del SAS. Llevan así décadas, sin que ni la anterior Administración ni la actual les presten atención.
Habitualmente denominados “facultativos del cuerpo A4”, aunque en realidad pertenecen al grupo A1, estos profesionales sufren, como el resto de las categorías del SAS, la falta de actualización de los listados de la Bolsa desde 2021. Sin embargo, esta no es ni de lejos el mayor de los agravios que soportan.
En materia de jornada laboral, su situación es insostenible. Aunque su jornada laboral es la misma que la del resto del personal funcionario o estatutario de Andalucía, a ellos se les aplica la denominada “jornada de carácter especial”, que implica que se considere jornada ordinaria incluso la realizada en fines de semana, sin ningún tipo de compensación. En cuanto a la jornada nocturna, se les compensa por medio de un coeficiente ridículo de 1,07 horas por hora trabajada (una hora nocturna equivale a 1 hora y 4 minutos de una diurna). Además, estas horas nocturnas se hacen en mataderos, con la penosidad y peligrosidad que ello conlleva.
Consideramos inaplazable que a estos facultativos se les aplique una jornada ordinaria de 35 horas semanales de lunes a viernes. Asimismo, las horas nocturnas deben tener, al menos, una compensación de 1,50 horas por hora trabajada, y las jornadas realizadas en fines de semana y festivos deben tener la consideración de servicios extraordinarios. Por su parte, los mayores de 55 años deben tener la posibilidad de solicitar la exención de jornadas nocturnas.
Por lo que respecta al complemento de productividad variable (CRP), el importe máximo asignado a estos profesionales es de 4.944,02 €, mientras que para cualquier otro licenciado sanitario en una situación equivalente es de 6.656,90 €. Esta discriminación debe terminar.
Estos profesionales también son discriminados en las retribuciones de la carrera profesional. Para empezar, no han accedido a ella hasta 2022, con años de retraso con respeto a sus compañeros. Además, sus retribuciones por este concepto son un 17% inferiores al colectivo médico, a pesar de que su papel como facultativos del sistema sanitario público es igualmente esencial.
En cuanto a las plantillas, reguladas por el Decreto 70/2008, que las fija en 528 veterinarios y 360 farmacéuticos para el año 2008, llevan desde entonces prácticamente congeladas. La de veterinarios es actualmente de 536, es decir, en 16 años se ha incrementado en 8 personas), mientras que las funciones y programas no han dejado de crecer. Peor aún está la especialidad de Farmacia, donde un 10% de la plantilla fijada en 2008 sigue sin cubrir. Mientras tanto, la Consejería de Salud se jacta de un crecimiento del 20% en la plantilla del SAS solo en el periodo 2018-21.
Resulta evidente, a la luz de estos datos, que los veterinarios y farmacéuticos del Cuerpo Superior Facultativo de Instituciones Sanitarias son tratados como facultativos de segunda, algo que el Sindicato Médico Andaluz no puede tolerar por más tiempo. Las mejoras en la jornada y las retribuciones, así como la actualización de las plantillas, deben ser acometidas de inmediato. Un colectivo como este, esencial para la salud pública, no puede seguir siendo menospreciado de este modo intolerable ni un minuto más.