Hace poco publicábamos en nuestra web una noticia sobre la situación crítica de la Unidad de Salud Mental del hospital de Osuna. La escasez de psiquiatras en esta unidad, provocada por la inacción del SAS durante meses, obligó a cerrar la planta de hospitalización de psiquiatría del centro y a trasladar a los pacientes ingresados en ella a otros hospitales.
Desde el Sindicato Médico de Sevilla llevamos años denunciando las dificultades que atraviesa este centro, que, como todos los hospitales comarcales, sufre problemas crónicos para cubrir la totalidad de la plantilla de muchas especialidades. Por desgracia, el SAS ha sido incapaz de poner en práctica un sistema riguroso y eficaz de incentivos para cubrir los puestos de difícil cobertura hospitalarios, lo que ha llevado a una situación insostenible a la Unidad de Salud Mental de Osuna. Otras unidades y otros hospitales comarcales de Andalucía sufren problemas igualmente graves.
Ante la presión social provocada por el cierre de la referida unidad de hospitalización, el SAS ha optado ayer mismo, 1 de febrero, por volver a abrirla recurriendo a psiquiatras desplazados desde otros centros de la provincia, si es necesario de forma obligatoria. Para ello ha publicado unas Instrucciones que hace solo 10 días se comprometió en la mesa sectorial a negociar con los sindicatos. Incumpliendo este compromiso, el SAS las lleva ahora a la práctica y, con ello, se dota de un instrumento legal que le permite desplazar de forma obligatoria a los médicos a un centro diferente al de su nombramiento. El hecho de que estas Instrucciones ni siquiera hayan sido negociadas reviste especial gravedad, pues viola una de las exigencias básicas que fija la Ley en defensa de los derechos de los trabajadores.
La plantilla de psiquiatría de Osuna, de 12 miembros, cuenta en este momento con solo cuatro facultativos, de los cuales solo tres hacen guardias. El SAS pretende reabrir la unidad cerrada hace unos días con solo un tercio de la plantilla. Los traslados forzosos de facultativos desde otros centros solo conseguirán extender la crisis al resto de la provincia, pues las plantillas de psiquiatría son insuficientes en todos los hospitales sevillanos. Con su actuación, el SAS generará precariedad laboral y asistencial en los centros de origen de los profesionales trasladados y solo conseguirá perpetuar la precariedad en el centro de destino.
El SAS sigue sin afrontar el principal problema que tiene la sanidad pública andaluza: la falta de recursos. Seguimos siendo la segunda comunidad con el gasto sanitario por habitante más bajo de España, solo por detrás de Madrid. En lugar de aportar la financiación necesaria para garantizar una asistencia pública de calidad, el SAS da otra vuelta de tuerca a unos profesionales quemados empujándolos a abandonar el sistema a la menor oportunidad. No cabe mayor torpeza que pretender luchar contra la precariedad generando más precariedad.
La política de personal del SAS en lo que respecta a los médicos consiste en hacer recaer sobre nosotros toda la presión provocada por la falta de financiación. Lejos de implantar estrategias que fidelicen a los facultativos y se beneficien de su natural propensión a mejorar la calidad de la asistencia, el SAS los coacciona y desincentiva. Con ello tal vez consiga “apagar fuegos” a corto plazo, pero socava la sostenibilidad de la sanidad pública a medio y largo plazo.
Aunque el SAS dispone de instrumentos para forzar a los trabajadores a desplazarse a otros centros, tenemos serias dudas de que el modo en que pretende hacerlo en este caso cumpla los requisitos legales exigibles. Por tanto, animamos a nuestros afiliados que se sientan perjudicados a que consulten con nuestros delegados sindicales para emprender las pertinentes acciones legales en defensa de sus derechos. Por otra parte, no descartamos iniciar movilizaciones contra estas Instrucciones injustas e ineficaces. Qué triste destino aguarda a la sanidad pública cuando sus gestores pretenden hacerla funcionar maltratando a sus profesionales más valiosos.
Comité Ejecutivo del SMS