Este trabajo analiza las agresiones a los trabajadores del SAS en el periodo 2015-2020. Está basado en datos oficiales contenidos en los informes de Prevención de Riesgos Laborales del SAS, que presentamos elaborados y en forma de gráficos.
El lector puede echar de menos datos de algunos años. Ello es debido a que los datos que proporciona el SAS son incompletos.
Evolución de las agresiones en el tiempo
En el periodo analizado, las agresiones han mostrado una tendencia al alza que se ha visto interrumpida en 2020, año en el que se registra un descenso significativo tanto de las agresiones totales como de las físicas. Es significativo que estas últimas descienden por debajo del registro de 2015.
Todas las provincias de Andalucía muestran un patrón similar, presentando en 2020 un descenso de las agresiones totales, físicas y no físicas.
Los gráficos muestran que el descenso es más acusado en las agresiones físicas que en las no físicas, en especial en nuestra provincia, Sevilla. A esta tendencia general se opone el aumento en las agresiones físicas registrado en 2020 en Córdoba y el de las no físicas en Almería.
En cuanto a los valores absolutos, nuestra provincia, Sevilla, es, junto con Málaga, la que registra más agresiones de todo tipo. No obstante, cuando ponemos los valores absolutos en relación con la población de cada provincia comprobamos que la incidencia de agresiones es similar en toda Andalucía, como muestra el gráfico de incidencia de agresiones por 100.000 habitantes.
Resulta difícil atribuir el descenso de las agresiones en 2020 a un único factor causal. Es posible que haya influido la pandemia y el consiguiente descenso de consultas presenciales en Atención Primarias o de actividad programada en los hospitales. Sin embargo, no podemos descartar que hayan influido también las medidas adoptadas por la Administración, la presión de sindicatos y medios de comunicación o la actuación de los jueces y las fuerzas de orden público. Para alcanzar conclusiones más firmes respecto a este aparente cambio de tendencia será necesario evaluar la evolución de las agresiones en los próximos años.
Agresiones y personal sanitario
Las principales víctimas de las agresiones somos el personal sanitario, como se muestra en el siguiente gráfico. La proporción es constante a lo largo del tiempo, situándose el porcentaje de personal sanitario agredido con respecto al total entre el 80 y el 85%.
Tipo de agresión
El porcentaje de agresiones físicas con respecto al total también es relativamente constante a lo largo de los seis años analizados, situándose en torno al 20%. El gráfico muestra el relativo descenso de agresiones físicas en 2020.
Agresiones y sexo del agredido/a
La mayoría de las víctimas de agresiones son mujeres. Esta desigualdad se mantiene constante en los últimos años. Los datos que ofrece el SAS muestran que la proporción de trabajadoras en la plantilla del SAS es similar a la proporción de trabajadoras agredidas.
No es fácil establecer una relación causal entre el sexo de agresor/a y agredido/a y el riesgo de ser víctima de una agresión. No obstante, los datos desagregados (solo disponibles en el informe de 2020) sugieren que ese nexo en efecto existe. Así, cabe destacar en primer lugar que los hombres llevan a cabo el 60% de las agresiones, tanto totales como físicas.
Las mujeres no solo son más frecuentemente víctimas de agresiones, sino que también son agredidas en mayor proporción por hombres. Las mujeres no suelen agredir a hombres.
Por lo que respecta a las agresiones físicas, las mujeres son agredidas casi en igual proporción por hombres y por otras mujeres, mientras que la proporción de hombres agredidos por mujeres sigue siendo baja.
En resumen, los hombres llevan a cabo la mayor parte de las agresiones y agreden con más frecuencia a las mujeres que a otros hombres. Las mujeres también agreden con más frecuencia a otras mujeres que a los hombres. El sexo del agresor y de la víctima contribuye sin duda, al margen de la composición de las plantillas, a la mayor proporción de mujeres agredidas entre el personal sanitario.
Agresiones y ámbito asistencial
Las agresiones al personal sanitario se producen casi a partes iguales en Atención Primaria y Hospitalaria.
Dado que la Atención Hospitalaria ocupa en torno al 75% de la plantilla del SAS, la proporción de agresiones en AP es superior a la de AH.
Agresiones y categorías profesionales
las principales víctimas de agresiones son el personal “licenciado” y “diplomado” (respetamos la denominación obsoleta que ofrece el SAS en sus informes, aunque en la actualidad todo el personal con estudios superiores es “graduado”. La distinción que hace el SAS entre personal “licenciado” y “diplomado” coincide a grandes rasgos con la distinción entre personal facultativo y de enfermería. Los análisis posteriores se basan en esta asunción que, si bien puede sesgar en alguna medida nuestro análisis, nos permitirá extraer conclusiones interesantes).
Como vemos, las agresiones se dirigen principalmente contra personal licenciado y diplomado, en proporciones similares e igualmente altas. La proporción es similar en las agresiones totales y las no físicas, pero llama la atención que, si consideramos aisladamente las agresiones físicas, estas se dirigen especialmente contra diplomados y técnicos, afectando en menor medida a los licenciados.
Parece evidente que la categoría profesional representa por sí misma un factor de riesgo para ser víctima de agresiones, pues mientras licenciados y diplomados apenas representan el 45% del total de la plantilla del SAS (ver anexo), juntos constituyen el 81% de las víctimas de agresiones. El riesgo es mayor en el caso de los licenciados, que solo suponen el 18% de la plantilla, pero reciben el 43% de las agresiones.
No obstante, es significativo que en el caso de las agresiones físicas las principales víctimas sean los colectivos de diplomados y técnicos (a grandes rasgos coincidente con DUE y Auxiliares de enfermería), que suman el 79% de las agresiones cuando solo representan el 43% de la plantilla. Cabe suponer que el sexo mayoritariamente femenino en estos colectivos influye en estas diferencias (la proporción de mujeres llega al 93% entre las auxiliares, pero es solo del 56% en el colectivo médico. Véase anexo).
Agresiones, categoría profesional y ámbito asistencial
La categoría profesional de las víctimas de agresiones difiere en Atención Primaria y Hospitalaria.
En Atención Hospitalaria observamos un porcentaje de agresiones físicas superior a la media (un 26%, frente a la media del 17%). Sus principales víctimas son el personal diplomado y técnico, mayoritariamente femenino. Entre ambas categorías suman el 87% de las agresiones, aunque solo representan el 46% de la plantilla de los hospitales.
El personal licenciado (médicos en su mayoría) solo supone el 10% de las víctimas de agresiones físicas, aunque constituye el 14% de la plantilla hospitalaria.
Por lo que respecta a la Atención Primaria, observamos una proporción de agresiones físicas de solo el 7%, notablemente inferior a la media (17%), siendo víctimas de las agresiones físicas el personal licenciado y diplomado en porcentajes similares, en ambos casos en torno al 50%.
Estos datos muestran que la relación de las agresiones con la categoría y el sexo de los agredidos es compleja. Si bien colectivos mayoritariamente femeninos son las principales víctimas de las agresiones en Atención Hospitalaria, en Primaria los médicos constituyen un colectivo particularmente maltratado por esta lacra, pues representan el 47% de las víctimas cuando no son más que el 30% de la plantilla. También el colectivo médico es mayoritariamente femenino, pero en este caso el porcentaje de mujeres es solo del 57% (Ver anexo). Sería necesario conocer el sexo de los profesionales agredidos en cada categoría para discriminar el peso independiente de este factor en las agresiones a profesionales. Por desgracia, el SAS no proporciona este dato.
Cabe apreciar que el personal facultativo es víctima de agresiones físicas en mayor proporción en Atención Primaria que en Hospitalaria. Así, en el primer caso representa el 30% de la plantilla y el 47% de las víctimas de agresiones físicas, mientras que en Atención Hospitalaria representa el 14% de la plantilla y el 10% de las víctimas de agresiones físicas. Dado que la proporción de mujeres es similar en ambos ámbitos (55% en hospitales y 57% en primaria), el ámbito asistencial parece influir de manera independiente en el riesgo del colectivo médico de sufrir una agresión física . No obstante, la relación entre agresiones físicas y ámbito asistencial es compleja, pues, como hemos visto, el porcentaje de estas agresiones en menor en Primaria que en Hospitalaria.
Por otra parte, cuando analizamos la proporción de ambos sexos en cada nivel asistencial comprobamos que las mujeres representan una proporción superior a la media en Atención Hospitalaria, donde las agresiones físicas son también superiores a la media y sus principales víctimas pertenecen a categorías mayoritariamente femeninas (personal diplomado y técnico).
CONCLUSIONES
Las agresiones a trabajadores del SAS afectan principalmente al personal sanitario, a mujeres y a la Atención Primaria.
La proporción de agresiones físicas es mayor en Atención Hospitalaria, pero la proporción de médicos afectados por ellas es mayor en Atención Primaria.
Tanto el sexo de la persona agredida como el ámbito asistencial parecen influir de manera independiente en el riesgo de sufrir una agresión, aunque los datos de los que disponemos no permiten precisar la naturaleza de esta conexión causal. En todo caso, estos factores solo modifican el riesgo, puesto ambos sexos son víctimas de agresiones en ambos niveles asistenciales.
Los datos disponibles indican que es necesario realizar estudios más profundos de este fenómeno para desentrañar sus causas y ponerle fin.
En la medida en que la condición de mujer represente un factor de riesgo independiente para sufrir una agresión, como los datos sugieren, cabría temer un aumento de las agresiones al personal facultativo con la progresiva feminización de nuestra profesión.