Desde hace meses, la Unidad de Cirugía Ortopédica Infantil del Hospital Virgen del Rocío sufre graves problemas organizativos. Finalmente, los especialistas en Cirugía Ortopédica Infantil que componen dicha Unidad se han visto forzados a plantearse su dimisión para continuar su actividad profesional en otros centros sanitarios.
De confirmarse la dimisión de este conjunto de profesionales, las consecuencias para la asistencia sanitaria prestada en el hospital Virgen del Rocío serían gravísimas. Las intervenciones que llevan a cabo estos cirujanos requieren un elevado grado de especialización que solo se adquiere tras años de formación. Por supuesto, no ponemos en duda la cualificación del resto de profesionales del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Virgen del Rocío, pero sí constatamos la enorme pérdida que supondría la marcha de un grupo de profesionales tan cualificados. No podemos olvidar que la Unidad de Cirugía Ortopédica Infantil del Virgen del Rocío es Centro de Referencia a nivel nacional (CSUR) para el tratamiento de estas patologías. La marcha de estos profesionales supondría la desaparición de este Centro de Referencia, una pérdida de una extraordinaria gravedad para el Servicio Andaluz de Salud.
El posible abandono de la citada Unidad por parte de estos profesionales se produce tras meses de conflicto en el seno de la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Ortopédica y Traumatología en relación con la organización de la referida Unidad de Ortopedia Infantil. Al Sindicato Médico no le corresponde juzgar el modelo organizativo de los centros sanitarios del SAS, pero sí denunciar las graves presiones que han recibido durante este tiempo estos profesionales por parte del Director de Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Ortopédica y Traumatología, hasta el punto de llevarlos finalmente a plantearse su renuncia.
Para estos profesionales, verse obligados a dejar el hospital en el que se han formado y trabajado durante años supone una gran pérdida. Pero aún más grave es la pérdida que sufriría la Sanidad Pública Andaluza. La situación que podría surgir de este conflicto sería, de hecho, tan grave, que en este comunicado hemos querido huir de cualquier sensacionalismo. La salud de muchos niños está en juego y no queremos sembrar entre sus familiares un temor excesivo. Preferimos que sean los propios médicos y sus pacientes, así como la población general, quienes juzguen la forma en la que el SAS gestiona sus centros. ¿Qué está pasando en el SAS para que un grupo de cirujanos altamente cualificados se plantee abandonar, entre denuncias de acoso y maltrato, la Unidad que han contribuido a levantar con su esfuerzo? ¿Así es como piensa nuestra Administración construir un Sistema Sanitario Público de calidad?
Es importante resaltar que desde el Sindicato Médico no pretendemos tomar partido por una de las partes de un conflicto. Esa no es aquí la cuestión. Lo importante en este caso es que la gestión torpe y autoritaria de un grave conflicto que se ha prolongado durante meses puede dar lugar al desmantelamiento de una Unidad de Cirugía Ortopédica que ha costado años poner en pie. Una tarea, por cierto, en la que han resultado imprescindibles los mismos profesionales que ahora son menospreciados. No importa de parte de quién esté la razón en este caso. Lo importante es que años de trabajo se pueden ir por la borda, poniendo en grave riesgo la calidad de la asistencia prestada a decenas de pacientes pediátricos.
En el Sindicato Médico pensamos que nuestro objetivo va más allá de mejorar nuestras condiciones laborales y retributivas. Además, debemos luchar por la dignidad de nuestra profesión y por la calidad de la asistencia que prestamos a nuestros pacientes. Las actitudes despóticas y la política deben salir de una vez de nuestros centros sanitarios, para dejar paso a una gestión basada de verdad, y no solo sobre el papel, en la calidad de la asistencia. Por este camino vamos al desastre. Que nadie diga dentro de unos años, cuando el proceso de deterioro de la Sanidad Pública Andaluza que venimos denunciando desde hace años resulte irreversible, que no lo advertimos.