Solo cuando el grupo de IU en el Ayuntamiento de Morón ha dicho que llevará al Pleno ordinario de enero una moción para que se dote de personal sanitario suficiente al centro de salud del Rancho, del que depende el consultorio de Pruna, y de que realizará una campaña de recogida de firmas para apoyar esta reivindicación, el SAS ha cubierto dos bajas por enfermedad hasta ahora imposibles de cubrir. Por arte de birlibirloque lo que no había sido posible de hacer cuando lo solicitaron los profesionales, agobiados de no poder atender lo imposible, ahora sí. Manda narices.
Pero la situación sigue siendo insoportable por mor de la actitud de una directora de centro que, solo bajo el criterio economicista del ahorro, ha roto el precario equilibrio que existía para la cobertura de las ausencias y salientes de guardia entre los centros de Pruna y El Rancho. Y es que se le metió en la cabeza suprimir, por ahorro y por hacer méritos antes sus jefes, el tercer cupo médico de Pruna.
En Pruna, por su especial aislamiento, hay un punto de atención continuada. Con tres médicos y enfermeros prácticamente se cubrían entre ellos, con el apoyo de algún refuerzo, las guardias y sus salientes así como las vacaciones y ausencias del personal. Que no es que fuese una situación idónea, pero soportable con algún apoyo externo desde El Rancho, su centro cabecera.
Al quedar solo dos cupos médicos en Pruna, quedaron al descubierto muchas jornadas de guardia y otras tantas de sus salientes así como vacaciones y ausencias. Y como en El Rancho, con 7 médicos y una pediatra (con reducción de jornada al 30 % no cubierta desde hace dos años) su personal también tiene guardias, salientes, vacaciones, reducciones de jornada y ausencias por enfermedad, el personal de refuerzo, que tiene que acudir a Pruna, no puede cubrir lo que se queda descubierto en El Rancho. La consecuencia, una enorme sobrecarga del personal “superviviente” del Rancho que se ve obligado a cerrar, por imposibilidad para su atención, programas como los de cirugía menor, citología, retinografía, etc. Y los usuarios, destinatarios de la atención, lo padecen.
Esta situación no ha pasado desapercibida para la población de Morón que, conociendo el buen hacer del personal que le atiende, están denunciando el retroceso de la calidad en su atención sanitaria al comprobar cómo se han producido cierres por las tardes sin aviso previo y con citas dadas, demoras en las citas para sus médicos o para otros programas y la difícil cobertura de las visitas a domicilio por el escaso personal para hacerlas.
Como además en Morón hay otro centro de salud, San Francisco (y su Consultorio de Coripe), que no tienen estos problemas pues “blanco y en botella…”
La situación la tiene muy clara la coordinadora de IU en Morón, Marina Segura, cuando declara en lavozdemorón.es que “Esta situación no se da en el Centro de Salud de San Francisco y entendemos que en Morón no puede haber vecinos de primera y vecinos de segunda según el Centro de Salud que les toque”, y achacaba este problema “a los recortes que se están haciendo desde la Junta de Andalucía”
Según Segura, “esta situación se da fundamentalmente a la falta de personal sanitario que sufre el Centro de Salud de El Rancho y el Consultorio de Pruna, ambos adscritos a la misma Unidad de Gestión Clínica y entendidos como un único centro de Salud a efectos organizativos, también de recursos humanos”.
Para IU la solución pasa por “dotar de personal suficiente, recuperar la plaza de refuerzo que se eliminó, sustituir las bajas médicas del Rancho como también en el consultorio de Pruna –dependiente del CS El Rancho-, por cubrir ese periodo en el que no se encuentra la pediatra, y por recuperar también la plaza de médico de cabecera que se eliminó en Pruna y que está afectando a la organización de los recursos humanos del CS El Rancho, un centro de salud que sigue funcionando gracias a la profesionalidad y voluntariedad de los médicos y profesionales sanitarios que están trabajando en este centro”.
Y los gestores del SAS sin enterarse de que los recortes lo padecen los ciudadanos a los que tiene que proteger y que, sin embargo, es a quienes castiga cuando actúa tan inconscientemente. ¿Cuándo aprenderán a gestionar como si estas penalidades les pudieran pasar a ellos?