Una información publicada en “Revista Médica”, con motivo de la reciente celebración del Día Mundial de Prevención del Suicidio, recoge las declaraciones del Consejero de Salud, Aquilino Alonso, en el sentido de que la Consejería de Salud impulsará, a partir del año que viene, la formación de los profesionales de AP para fomentar la capacidad de detectar, intervenir y derivar a los pacientes con conducta suicida así como la colaboración entre los profesionales de AP y los equipos de Salud Mental en el abordaje conjunto de los trastornos de ansiedad y depresión.
El Consejero ha subrayado la importancia de capacitar a los profesionales y concentrar esfuerzos para asistir a personas en riesgo de suicidio y a aquellas que se encuentran en una situación de duelo al perder a un familiar tras un suicidio.
Es evidente que los médicos de AP tienen estas tareas entre sus funciones y que las ejercen, desde siempre, unos con mas formación y aptitud que otros pero todos con enorme celo profesional. Por tanto no podemos mas que estar totalmente de acuerdo con toda formación que los ayude a ejercer con mayor capacitación su trabajo.
Pero a D. Aquilino parece olvidársele que, desgraciadamente, desde hace ya demasiados años, los médicos de cabecera estan perdiendo la “idem” trabajando en unas consultas permanentemente sobrecargadas con 40-50 citas diarias de 5 minutos cada una (si, Consejero, algunos, solo algunos, tienen algún minuto más, lo que no hace legión) y que con esos mimbres abordamos decenas y decenas de funciones, muchas de ellas administrativas y de control del gasto.
No es posible abordar este problema, con garantías de mejor solvencia y que requiere, por su fundamental componente emocional, un ambiente relajado, sereno y exento de limitación horaria estricta, sin disponer de los medios necesarios para ello y que, volvemos a recordar, en Primaria es fundamentalmente EL TIEMPO.
