La estrategia del SAS en Atención Primaria: un error que tendrá consecuencias irreparables

En una reciente entrevista en el canal online «Enfermería televisión» (podéis verla más abajo), la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Catalina García, plantea de forma explícita la estrategia del SAS para el Sistema Sanitario Público Andaluz: «La enfermera va a ser protagonista dentro del SSPA», puesto que «es líder en los equipos de Atención Primaria (AP) y en muchos centros hospitalarios». Por eso «el SAS ha contratado en los últimos cuatro años 7500 enfermeras», una cifra que, con ser elevada, para la consejera todavía «no es suficiente».

El papel esencial de la enfermería en la sanidad está fuera de duda. En AP es muy probable que sus funciones estuvieran excesivamente limitadas hasta ahora. A pesar de ello, no podemos compartir las afirmaciones de la consejera. Para empezar, es falso que las actuales plantillas de enfermería sean insuficientes. De hecho, en la mayoría de los centros de salud están sobredimensionadas, como reconocen en privado los propios directores. La contratación de enfermería no ha respondido a una necesidad estructural, sino a una decisión estratégica. Primero se ha contratado al personal para después asignarle funciones que hasta ahora no tenía: las funciones de los médicos.

La apuesta de los responsables del SAS por el personal de enfermería no responde a la convicción de la importancia de su papel, sino a un reconocimiento implícito de su incapacidad para atraer y retener a los profesionales mejor cualificados: los médicos, cuya carencia lleva años haciendo tambalearse a la AP. Esta estrategia es errónea, como hemos podido constatar, ya que a pesar de haberse incrementado incomprensiblemente el número de enfermeros en AP, los problemas de este nivel asistencial no han hecho más que aumentar. El SAS es incapaz de atraer médicos a la AP y de retener a los que trabajan en ella, y la solución pasa por incrementar el presupuesto de la AP, reducir al mínimo la burocracia que asfixia a las consultas médicas, facilitar realmente la conciliación de la vida familiar y laboral, apoyar a los médicos con personal auxiliar clínico y administrativo que mejore su rendimiento y abordar reformas en la organización y los incentivos que mejoren la eficiencia del sistema, así como equiparar las retribuciones al resto de países de nuestro medio para evitar la fuga incontenible de profesionales. Por todo ello, señora consejera, la enfermería no es la solución.

El intento de paliar la falta de médicos con personal de enfermería constituye un despilfarro, cuando no intrusismo, pues aumentará el gasto sanitario sin mejorar los resultados. Este error no es nuevo. Nuestro modelo de gestión se basa en la cantidad, no en la calidad. Para el sistema es indiferente que 40 pacientes sean atendidos por una médica o por una enfermera. Da igual si en un caso se resuelven sus problemas y en el otro no. La estadística medirá demandas atendidas y no satisfacción o resultados. El paciente sólo puede elegir entre aguantar resignado o marcharse a la privada. Quizás, de hecho, estamos asistiendo a un plan deliberado para privatizar la medicina de AP. Si es así, lo están ejecutando a la perfección.

La «protocolización» es la herramienta necesaria para que la estrategia funcione. En los actuales sistemas sanitarios burocratizados los protocolos clínicos han degenerado en meros instrumentos de gestión. El protocolo que dicta que el paciente que acude a su centro de salud sea visto por una enfermera y no por una médica no obedece a criterios de calidad asistencial, sino a una decisión política. El protocolo construye la realidad, no se adapta a ella.

Ofrecer al paciente, que quiere ver a su médico, ser visto por un enfermero es una forma de engaño. La enfermería no puede asumir las funciones de los médicos. De hecho, recurrir a enfermeros como desahogo de la consulta médica es una forma de menospreciar la importancia de sus auténticas funciones. La enfermería, en contra de lo que sostiene la consejera, no puede liderar equipos médicos. Y no porque lo diga la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, que lo dice, sino porque para liderar equipos médicos hay que tener conocimientos y atribuciones legales que sólo ostentan los médicos. La mayoría de los cuidados que presta la enfermería dependen, de hecho, de actos médicos como el diagnóstico, el pronóstico o el tratamiento del paciente. Por eso, para ejercer la Medicina se requiere un mínimo de 10 años de formación y para ejercer la Enfermería sólo se necesitan cuatro. Equiparar ambas carreras dentro de una misma categoría (grupo A1) sería otro despropósito más a los que nuestra consejera hace guiños.

La apuesta por sustituir a los médicos por enfermeros es una decisión política errónea, un despilfarro, una forma de engaño a la población y, sobre todo, una estrategia que elude de manera consciente ofrecer soluciones realmente efectivas al problema de la escasez de médicos en AP. Mientras el SAS malgasta el dinero público en este plan, los médicos de AP siguen acumulando frustración y agotamiento. La consejera debería explicar las razones de su menosprecio y su maltrato a los médicos. Al final, muchos se marcharán y no habrá quienes los sustituyan. En menos de una década la mayoría de la población carecerá de asistencia médica en AP. La conflictividad laboral crecerá. Sorprende que todos veamos esta realidad menos los responsables del SAS.

El SAS se ha comprometido a limitar en un mes las agendas de mañana a 35 pacientes (en el caso de adultos), 25 si son niños, y 25 en jornada de continuidad asistencial. Esta es sólo la primera de una serie de mejoras imprescindibles en la medicina de AP. Si incumple su promesa y no se producen avances significativos en lo laboral y lo retributivo, las movilizaciones no tardarán en volver.

Por desgracia, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Comité Ejecutivo del SMS

Comparte en redes sociales:
Back To Top

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar