Este lunes, 25 de enero de 2021, los hospitales sevillanos se encuentran a un paso de superar el pico de ingresos que se registró en la segunda ola. De hecho, esto ya ha sucedido en el Hospital de Valme, que registró 154 ingresos totales el pasado 5 de noviembre y hoy podría encontrarse en torno a los 160 ingresos (el último dato oficial del que tenemos constancia es del pasado 22 de enero, con 147 ingresos, pero esta cifra se ha visto notablemente incrementada en el fin de semana).
Los otros hospitales de la provincia se aproximan a ritmo acelerado al pico que registraron en la segunda ola. Así, el Virgen del Rocío, que tuvo un máximo de 228 ingresos el 10 de noviembre, registra hoy 187 ingresos totales. En el Macarena hay 118 pacientes de covid ingresados actualmente, siendo el máximo de ingresos de la segunda ola de 169, alcanzado el 16 de noviembre. Osuna, que resultó uno de los hospitales más golpeados por la segunda ola, se encuentra en esta ocasión en mejor situación que el resto de los centros de la provincia. No obstante, cuenta ya con 54 pacientes covid ingresados y pronto podría superar el pico de 130 ingresos que alcanzó el cuatro de noviembre.
Dado el actual ritmo de ingresos, podemos estar seguros de que pronto se superará en la provincia el pico de ingresos registrado en la segunda ola. En esa ocasión estuvimos muy cerca del desastre, con un sistema hospitalario al límite de sus posibilidades y unos profesionales completamente agotados por la enorme sobrecarga asistencial que supone esta terrible pandemia. Si superamos el pico de la segunda ola podemos enfrentarnos a una situación crítica en la que falten los recursos necesarios para atender a la población.
Los Gobiernos central y autonómico deben trabajar coordinadamente para adoptar de inmediato restricciones severas de la movilidad y de los contactos sociales que pongan freno al vertiginoso ascenso de contagios que estamos sufriendo. Consideramos inadmisible que el Gobierno central ignore la solicitud del Gobierno andaluz de extender el estado de alarma para hacer posibles medidas de confinamiento más estrictas. Dar prioridad a consideraciones económicas o políticas sobre las puramente sanitarias, en la situación actual, puede ocasionar un desastre sanitario y acabar agravando el daño económico que se quiere evitar.
Ante la insensatez de una parte de la población y el mezquino cálculo estratégico de algunos políticos, los profesionales sanitarios exigimos a todos responsabilidad y altura de miras. Si seguimos demorando las medidas necesarias para contener esta tercera ola, pronto nos enfrentaremos a una catástrofe sanitaria.