Condenamos la agresión al equipo de ginecólogos del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla

Desde el Sindicato Médico de Sevilla queremos mostrar nuestra indignación y repulsa en nombre de todo el colectivo al que representamos ante la agresión que el pasado lunes 14 de diciembre sufrió el equipo de ginecólogos del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz en Sevilla.

Los facultativos fueron agredidos por el acompañante de una paciente que, sin respetar las normas de aforo en consultas ante el Covid-19, se negaba a abandonar la consulta a indicación del médico y el vigilante del centro para finalmente salir mediante la intervención de la Policía Nacional.

Concluida la intervención de los agentes policiales, el agresor acudió nuevamente a la consulta donde otro ginecólogo iba a informar y concluir la consulta, pues el anterior no creía adecuado proseguir su intervención profesional tras la violenta situación sufrida. El agresor, no contento con lo acontecido, lanzó una silla al ginecólogo que este último tuvo que frenar con el brazo. Ante este ataque, el agresor fue reducido por el vigilante y resto de ginecólogos que en esos momentos atendían a pacientes. Los hechos han sido denunciados por el equipo de ginecología y el vigilante de seguridad de Viamed.

Tanto en el ámbito público como en el privado, para el SMS es prioritario que se garantice la seguridad de todos los profesionales y, por eso, no nos cansamos de denunciar públicamente que quien agrede a un facultativo, sea con actitudes amenazantes o, como en este caso, utilizando una silla de la consulta como arma arrojadiza, no solo agrede al médico en un acto vil y delictivo, sino que, además, perjudica a los propios pacientes puesto que dejan de ser atendidos por su médico ya que evidentemente no se encuentra en condiciones de continuar en su puesto de trabajo.

Desde el SMS nos hemos puesto en contacto con el equipo que sufrió la agresión, ofreciendo los medios de nuestra organización para que el fin primordial de nuestra profesión se pueda llevar al cabo sin que hechos como los ocurridos se repitan en cualquier ámbito de la sanidad. Tenemos el deber de conseguir que el agresor no tenga patente de corso para alcanzar su fin.

Y es que un facultativo agredido deja de ser un profesional capaz y cabal pues, tras el episodio, tardará en volver a ser el mismo. Los pacientes que presencian una agresión también quedan marcados, y las pacientes de la sala de espera de ginecología del Hospital Viamed lo saben.

Para el Sindicato Médico de Sevilla no existen agresiones menores o intrascendentes: todos podemos estar en el punto de mira de un potencial agresor.

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