MAREA BLANCA, según Francisco Robles

Artículo publicado en la sección Sevilla de Diario ABC de Sevilla el pasado 17 de enero de 2017:

¿Y ahora qué? ¿Van a condecorar al doctor Spiriman como hicieron con los que organizaban las mareas blancas en Madrid? No parece que vayan por ahí los tiros de la ojana que le da el Régimen a quien le hace la rosca o la pelota, a elegir. De momento, el portavoz de Susana ya le ha puesto la proa al doctor Candel, el hombre que encarna a ese Spiriman que se le ha metido a la Junta en el zapato como si fuera un chino la mar de molesto. Inciso para los adictos a la corrección política: cuando decimos chino estamos hablando de una piedrecita, no vaya a ser que salga alguno de esos tiquismiquis que se la cogen con papel de fumar con cualquier fobia… y luego se tragan doblada la actitud de desprecio de Urkullu y Puigdemont hacia el resto de los presidentes autonómicos, incluida nuestra Susana.

A la lideresa del Tardón le ha salido un grano. La sanidad era la joya de la corona andaluza, pero resulta que las fusiones de hospitales a la remanguillé han conseguido lo que parecía imposible: que los andaluces salgan a la calle para protestar por las medidas que toma las Junta. Hasta ahora salían para echarle en cara al PP los hilillos del “Prestige” o el submarino atómico que atracó en Gibraltar y que hizo que el mismísimo Chaves se manifestara en Algeciras. Ahora es distinto. Y este cambio es algo más profundo de lo que parece. La gente le ha perdido el miedo a salir a cara descubierta, a manifestarse a San Telmo, ese palacio que rodearon para no pasar por su puerta aquellos sindicalistas que organizaron la marcha más surrealista que uno recuerda: acabaron manifestándose ante el Ayuntamiento cuando aún lo gobernaba Zoido cuando las políticas de empleo residen, como todo el mundo sabe menos ellos, en la Junta.

La pregunta sigue en el aire de enero que parece el cristal de un botellín gélido, como decía el añorado compañero y amigo Fernando Carrasco. La pregunta sigue latiendo ahí, en el manual del sectarismo político y social que aplica el Régimen desde hace demasiados años. ¿Porqué se homenajea y se condecora a quien organiza mareas blancas en Madrid, y se le acusa de intolerante y de hacerle el juego al PP al que las organiza en Andalucía? ¿Le darán la medalla de Andalucía al doctor Candel, Spiriman en las manifas, el próximo 28 de febrero? Quien piense que eso es posible debería revisar su empadronamiento, porque vive en otro planeta.

Además, este 28 de febrero servirá para promocional la candidatura de Susana a la corte de Ferraz si es que finalmente se decide a dar el paso. No hace falta ser un gurú ni un adivino para predecirlo. Un paso que tendrá que dar en el asfalto, no en la alfombra roja que exigía como si fuese la única salvadora posible de su partido. Una sucesión en el trono de San Telmo con la calle colándose por la fisura de la protesta sanitaria. No es el panorama que se vivía en aquellos tiempos en la Andalucía controlada por el chavismo, cuando nada se movía gracias a las derramas generosas que tejían la red clientelar. Lo dicho. Estamos esperando la medalla a Spiriman. Pero lo haremos sentados en la camilla, que fuera del Régimen hace mucho frío.

 

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