Mañana, 7 de octubre, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa debate el “Informe McCafferty”.
Este informe trata de poner cortapisas a la objeción de conciencia del personal sanitario y que, al menos, en la sanidad pública, el médico se convierta en un autómata sin conciencia.
En concreto, el informe pretende obligar al personal sanitario a:
- “Proporcionar el tratamiento deseado para el que el paciente tiene derecho legal, [aborto] a pesar de su objeción de conciencia”.
- “Tomar parte de forma indirecta, en todos los casos, en el aborto y otras prácticas médicas críticas a pesar de su objeción de conciencia”.
- Demostrar “que su oposición se basa en su conciencia o creencias religiosas y que la negativa se hace de buena fe”.
- Privar a “las instituciones públicas estatales, tales como hospitales y clínicas públicas en su conjunto”, de la “garantía del derecho a la objeción de conciencia”.
- Crear un “registro de objetores de conciencia”.
- Crear “un mecanismo de denuncia eficaz” contra los objetores de conciencia.
Si se salen con la suya, los defensores de estas medidas coercitivas, la ética y la deontología pueden entrar en una rampa muy resbaladiza, pues los centros sanitarios podrían dejar de contratar a aquellos que no renunciaran a su conciencia al firmar el contrato.
Esperemos que no ganen.
Si quieres informarte más extensamente puedes buscar en internet el citado informe o leer este memorandum elaborado el 17 de septiembre. (pincha el link)