Agresión a 3 médicas en el centro de salud de San Hilario (Dos Hermanas)

El pasado jueves, 14 de septiembre, 3 compañeras sufrieron una agresión, a última hora de la jornada de la mañana, en el Centro de Salud de San Hilario, en Dos Hermanas, el mayor de los centros de la ciudad.

Una paciente en tratamiento psiquiátrico no aceptó el criterio de su Médica de Familia que intentó, explicándoselo, ofrecerle ayuda para su situación.

La respuesta agresiva hizo que primero volasen los objetos que estaban en la mesa de trabajo de la facultativa, incluido el ordenador y, después, intentase agredirla.

Ante los gritos de la paciente acudieron otras dos médicas de consultas cercanas y una de ellas fue la que sufrió mayores daños pues recibió un fuerte golpe en la cara que aún la mantiene de baja laboral. Las otras dos compañeras sufrieron sobre todo una intensa situación de estrés y nerviosismo aunque sin daños físicos.

Y aquí queremos hacer una reflexión importante sobre la situación de respuesta de la administración ante situaciones de agresión. San Hilario tiene el servicio de urgencias de la ciudad de Dos Hermanas, abierto 24 horas, 365 días al año. Y tiene personal de seguridad, pero solo en horario en que el centro de salud está solo con atención de urgencias, es decir, de 8 de la tarde a 8 de la mañana de lunes a viernes y los sábados, domingos y festivos.

El resto del tiempo tiene establecido un timbre electrónico de alarma que tienen que activar los profesionales que están sufriendo una agresión manipulando dos teclas del ordenador de modo que aparezca un aviso de agresión en las pantallas de sus compañeros y que, así, puedan acudir en su ayuda.

Como se ha comprobado en este caso y es lo más normal en una situación de alto riesgo, fue imposible activar la señal de alarma porque no se pudo disponer del ordenador y, cuando acudieron sus compañeras, como decimos por estas tierras, cobraron.

Conclusión. No somos guardias de seguridad ni lo queremos ser. Ni queremos “esquirolear” su trabajo que, para nosotros, es tan importante.

No podemos seguir siendo, doblemente, el objetivo de los agresores, cuando nos atacan y cuando acudimos en ayuda de otro compañero.

El timbre antipánico debe ser independiente, localizado a la mano del profesional y activable con solo presionarlo sin tener que hacer otras manipulaciones.

Claro que acudiremos en ayuda del compañero cuando se produzca una agresión. Siempre. Para ayudarlo y apoyarlo, no para reducir al agresor. Exigimos estar protegidos. El personal de seguridad tiene que estar. Y más en centros como San Hilario que son grandes, con muchos profesionales, un servicio de urgencias permanente, alta demanda y distribuidos en dos plantas. De lo contrario, nos seguirán pegando y maltratando desde todos los lados.

BASTA YA. TOLERANCIA CERO CON LAS AGRESIONES EN TODAS SUS DIMENSIONES Y ASPECTOS.

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