Ante las recientes informaciones aparecidas en medios de comunicación y redes sociales, en las que se atribuye de forma más o menos explícita la responsabilidad de los retrasos en el programa de cribado de cáncer de mama a los médicos radiólogos, desde el Sindicato Médico de Sevilla (SMS) queremos manifestar nuestra preocupación e indignación por dichas afirmaciones, y aclarar varios aspectos en defensa de nuestros compañeros especialistas en Radiodiagnóstico, plenamente comprometidos con la calidad asistencial y con el bienestar de las pacientes.
El Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama es un proceso complejo que consta de distintas fases. La función específica del radiólogo se centra en la valoración de las imágenes obtenidas, la elaboración del informe radiológico y, en su caso, la indicación de estudios complementarios cuando los hallazgos así lo requieran.
En ningún caso corresponde a estos profesionales la gestión administrativa de comunicación de resultados o citaciones, que forma parte de otras fases del Programa y depende de los servicios de gestión sanitaria.
Por tanto, los médicos radiólogos han cumplido con su labor, en ocasiones en condiciones especialmente difíciles por la falta de medios y la sobrecarga asistencial. Si se han producido demoras en la comunicación de resultados, estas deben atribuirse a deficiencias organizativas y administrativas, cuya responsabilidad recae en los gestores sanitarios.
Desde el SMS venimos denunciando desde hace años la escasez de profesionales médicos en la sanidad pública y la creciente sobrecarga asistencial, factores que dificultan inevitablemente que los tiempos de respuesta sean los adecuados para un programa de tanta relevancia como el cribado de cáncer de mama.
Respecto a la polémica surgida sobre las historias clínicas y posibles modificaciones en las imágenes o registros de las pacientes, desde el SMS desconocemos los hechos concretos, pero queremos dejar claro que los médicos radiólogos no disponen de la capacidad técnica para alterar una historia clínica sin que quede constancia en el sistema. Todos los accesos a las historias clínicas son trazables y auditables, y no se puede descartar que dichas alteraciones se hayan producido por errores informáticos.
Además, recordamos que la ética profesional de los facultativos está por encima de cualquier otra consideración y excluye de forma absoluta este tipo de conductas. Confiamos en que se investigue con rigor lo sucedido y se depuren las responsabilidades correspondientes, dejando claro que en ningún caso estas pueden recaer sobre los especialistas en Radiodiagnóstico, cuyo trabajo constituye un pilar esencial del sistema sanitario público.