El plan de choque anunciado por la Junta para el cribado del cáncer podría agravar el déficit de médicos del sistema público

El nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, ha anunciado sendos “planes de choque” para mejorar el cribado del cáncer de mama, por un lado, y los cribados de cáncer de cuello de útero y colon, por otro. Al primero se destinarían 12 millones de euros, con la contratación de 119 nuevos profesionales, mientras que el segundo supondría una inversión de 89 millones y 586 nuevos contratos.

Con respecto a la contratación de más profesionales, cabe señalar en primer lugar que los sindicatos no hemos recibido información alguna. No sabemos si los nombramientos tendrán la duración del plan de choque o serán indefinidos. Mucho nos tememos que los nombramientos serán temporales, aunque no nos encontramos ante un episodio crítico limitado en el tiempo, sino ante una grave desproporción de carácter estructural entre la oferta asistencial que se hace a la población y los recursos económicos que se destinan a ella.

Pero aún más preocupante resulta que, en la práctica, las medidas anunciadas por la Consejería de Sanidad podrían tener el efecto paradójico de agravar el déficit de médicos que padece nuestra sanidad pública. Veamos por qué. De los 705 nombramientos anunciados, solo 243 (un 34%) corresponden a médicos, cuando el déficit de plantilla más grave es precisamente el de facultativos.

Además, a juzgar por los antecedentes de contratación de los últimos años, es muy probable que los contratos para médicos queden en su mayoría vacantes, en especial si, como tememos, las ofertas son temporales. De hecho, desde hace años las ofertas de trabajo que el SAS ofrece a los médicos que terminan la especialidad son un fracaso. Si nuestros temores se confirman, los 101 millones de euros que el SAS va a destinar a estos planes de choque acabarán reforzando las plantillas de personal no facultativo, en lugar de ir dirigidos a mejorar las condiciones de trabajo de los médicos y atraerlos así al sistema público. El déficit de médicos se agravará y, como consecuencia, las demoras asistenciales crecerán de manera generalizada. Pero el SAS no tendrá dinero para solucionar el problema porque lo habrá gastado en medidas ineficaces. Este es, de hecho, el resumen de la gestión que ha hecho el SAS en los últimos años.

No hay palabras para expresar la desolación de nuestro colectivo ante el hundimiento de la medicina pública. El SAS nos ha relegado a un segundo plano y ha devaluado nuestra figura y el papel de la relación médico-paciente en el sistema sanitario, ha sustituido el criterio médico en la toma de decisiones por procedimientos burocráticos automatizados y pretende paliar la huida de médicos del sistema público sustituyéndonos por otros profesionales. El grave problema detectado en el cribado del cáncer de mama solo es la punta del iceberg de la crisis de un modelo que ha fracasado.

Desde aquí volvemos a instar al nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, a que establezca un diálogo franco y productivo con el colectivo médico y sus representantes. Sin recuperar a los médicos y a los facultativos en general para la sanidad pública, esta está abocada a su desaparición.