En la peor época de la pandemia, se aprovecharon los fondos COVID-19 para iniciar la restauración del edificio abandonado del antiguo hospital militar, ahora Hospital Muñoz Cariñanos, y acondicionarlo para acoger a la avalancha de pacientes que desgraciadamente se multiplicaban en esas fechas.
Se abrió como hospital de emergencias con las mínimas instalaciones necesarias y en su mayoría con personal procedente del Hospital Universitario Virgen del Rocío. Pero siempre con la promesa de que se convertiría en el 4º hospital de la capital sevillana. Esta fue la bandera del Gobierno de la Junta de Andalucía. La Joya de la Corona de Juan Manuel Moreno Bonilla. Continuó la reforma del hospital y se iban sucediendo las inauguraciones… hasta en cuatro ocasiones.
Pero la realidad no ha sido esta. Nunca ha sido un hospital completo. Al no estar dotado de personal propio, su actividad se ha estado llevado a cabo a costa del personal del H. U. Virgen del Rocío, del que sigue siendo un apéndice. Y, claro, esto ha supuesto una merma en la actividad de este centro. A parecer, los directivos del SAS no saben que nuestros profesionales no tienen el don de la ubicuidad. A fin de cuentas, tenemos profesionales descontentos e infrautilización de un centro que ha sido financiado con dinero público. Y todo ello con unas listas de espera que, según datos de junio 2022 (todavía no actualizados), contemplan demoras de casi tres meses para intervenciones quirúrgicas en dicho centro, estando registrados en esa fecha más de 1200 pacientes con más de un año de espera para una intervención.
Y llegó este verano con su “plan de vacaciones”, el verano azul negro. Actualmente el Hospital Muñoz Cariñanos es un hospital fantasma reducido al mínimo. El Zendal de Andalucía. La administración lo justifica por las vacaciones del personal. La realidad es que no hay presupuesto para mantenerlo. De hecho, esta situación se va a mantener hasta final de año. ¿Tiene sentido construir un hospital y dotarlo de instalaciones para luego cerrarlo?
Exigimos a la Junta de Andalucía que cumpla sus promesas y convierta este centro en un hospital completo como siempre habría asegurado que iba a hacer, independiente y con autonomía, dotado de personal propio. La población de Sevilla lo necesita.