La Junta certifica su desprecio a los médicos de Atención Primaria con la complicidad de CCOO, UGT, CSIF y SATSE

Este 22 de mayo de 2023, todos los sindicatos de la Mesa Sectorial, con la única excepción del Sindicato Médico Andaluz (SMA), han firmado con el SAS un Pacto para la mejora de la Atención Primaria (AP) que deja fuera a sus médicos. El SAS ha incluido en este Pacto el Acuerdo para la reducción de las agendas que ya había firmado con nuestra organización y ratificado en la Mesa Sectorial. También incluye un punto sobre continuidades asistenciales pactado hace más de un año con el SMA. La inclusión de estas medidas ya aprobadas es absurda y no tiene otra finalidad que ocultar la exclusión de una reivindicación que consideramos esencial e inaplazable: la equiparación retributiva de los médicos de AP con los de hospital.

La discriminación salarial de los médicos de AP con respecto al resto de las categorías profesionales y a sus compañeros de Atención Hospitalaria es intolerable y tendrá consecuencias funestas para la sanidad pública. El SAS tenía dinero para poner fin a este agravio, pero no ha querido hacerlo. Una primera versión del documento contemplaba un aumento progresivo del complemento de formación, responsabilidad y penosidad (FRP) de los médicos. Para nuestra organización era insuficiente, pues pretendía equipararlo al FRP de enfermería y no al de los médicos de hospital. Sin embargo, en lugar de mejorar su propuesta, el SAS ha optado por retirarla ante las objeciones de los sindicatos firmantes del Pacto. Todos se han unido, con el SAS a la cabeza, contra los médicos de AP.

El Pacto contempla también una reducción de los cupos de Médicos de Familia y Pediatras, pero no precisa plazos ni explica cómo será posible con unas plantillas médicas en rápido descenso. Las ofertas a los MIR recién terminados, que el Pacto también menciona, han fracasado. Este año han vuelto a quedar vacantes más de 200 plazas MIR de Médico de Familia. Ya nadie quiere trabajar en AP. Los nuevos contratos no compensan ni remotamente las jubilaciones de los médicos de este sector. A esto se suma la torpeza de prescindir de médicos extracomunitarios que han obtenido el grado de Medicina y la especialidad en España, algo totalmente ridículo. El Pacto contempla asimismo el aumento de la resolución diagnóstica en AP, pero no explica cómo será posible con plantillas médicas cada vez más reducidas. En realidad, estas promesas del SAS no son más que un brindis al sol con el que el SAS pretende ocultar sus verdaderas intenciones: poner la AP en manos del personal de enfermería.

El SAS también incluye en el Pacto mejoras para los Dispositivos de Apoyo (DA) que llevamos años reclamando, pero las remite a los trabajos de una mesa técnica. El contenido de la propuesta es vago y su aplicación queda demorada hasta, al menos, marzo de 2024. De hecho, el SAS lleva años retrasando el abordaje de la precaria situación de los DA con el viejo ardid de remitir el tema a mesas técnicas donde los debates se eternizan y las soluciones nunca llegan. Este truco ya no nos vale. El SAS conoce de sobra la naturaleza del problema y las reivindicaciones del colectivo. Si no las atiende es simplemente porque no quiere hacerlo. Basta ya de engaños. El abordaje de los Puestos de Difícil Cobertura reproduce lo descrito para los DA: remisión a mesas técnicas donde aplazar cualquier medida concreta por tiempo indefinido.

Todas las demás medidas van dirigidas a otros profesionales. El Pacto propone incrementos notables de las plantillas de numerosas categorías, pero no de los médicos. Incluso se prevé un incentivo ridículo de 150 euros para los puestos de difícil cobertura que no hace ninguna distinción entre categorías. El desprecio hacia los médicos de AP que consagra este Pacto no es producto de un descuido, sino el resultado de una estrategia deliberada que no hará más que empeorar la escasez de Médicos de Familia en Andalucía.

Para poner la guinda a este bochornoso Pacto, el SAS ha comprado su firma con un acuerdo sobre carrera profesional. Nuestra organización lleva años exigiendo un modelo de carrera que no dependa de la ACSA. De hecho, la acreditación solo se exige a las categorías A1 y A2. El SAS ha ignorado durante años nuestra demanda, pero ahora la incluye a la carrera, sin tiempo para un análisis y debate sosegado, en un Pacto sobre AP, una incongruencia que solo puede ser entendida como chantaje. Por otra parte, una vez más, el SAS se cuida de no fijar plazos concretos para su implantación. Seguiremos peleando por una carrera profesional justa, que excluya a la ACSA e incluya al personal temporal, pero no la aceptaremos a costa de sacrificar en su nombre a los médicos de AP.

Los médicos hemos recibido desde hace décadas un trato infame por parte de nuestros gobernantes, sin distinción de color político, pero quizás nunca habíamos sido víctimas de un desprecio tan humillante. Por desgracia, la población acabará pagando las consecuencias de este gravísimo error.

Comité Ejecutivo del SMS

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