Urgencias en Atención Primaria: un cajón de sastre con poco material y mucho desorden

El próximo lunes 18 de abril, el Sindicato Médico Andaluz ha convocado una nueva concentración ante la presidencia de la Junta de Andalucía en el Palacio de San Telmo para reivindicar las mejoras que la Atención Primaria andaluza necesita. Esta convocatoria pondrá en relieve el deterioro que sufre la atención de las urgencias en el primer escalón de la sanidad denunciando las condiciones de los dispositivos de apoyo.

Los médicos que ocupan los puestos denominados “Dispositivos de Apoyo” (DA) padecen las que probablemente sean las peores condiciones de trabajo de la Atención Primaria. Estos compañeros no tienen asignado un puesto concreto de trabajo, sino que están adscritos al Distrito sanitario y pueden ser desplazados de un centro a otro para cubrir las ausencias de sus compañeros. Los DA atienden la mayor parte de las urgencias extrahospitalarias, una asistencia que también prestan, fuera de su jornada ordinaria, por los Médicos/as de Familia de Equipos Básicos de Atención Primaria (EBAP), los tradicionales médicos de cabecera.

Los DA, es decir, la mayoría de los médicos que velan por nuestra salud las 24 horas del día, viven desde hace décadas bajo una permanente incertidumbre en sus condiciones laborales. Las sucesivas administraciones llevan años abusando de la figura del DA porque les permite disponer de un conjunto de médicos a los que desplazar a su antojo para suplir las intolerables carencias del sistema. Ello somete a estos profesionales a una precariedad crónica a la que el SAS se niega a poner fin, a pesar de las insistentes denuncias que el Sindicato Médico Andaluz lleva haciendo desde hace años en la mesa sectorial de sanidad.

Las condiciones de trabajo de los DA implican, por ejemplo, que los cuadrantes se presentan a los trabajadores sin la mínima antelación necesaria para organizar su vida personal y familiar. Los DA mayores de 55 años, a diferencia de cualquier otro médico del SAS, no pueden ser eximidos de trabajar de noche y en festivos. Por otra parte, tampoco pueden obtener los incentivos que el SAS concede a los médicos que trabajan en puestos de difícil cobertura. Sirvan estos pocos ejemplos para ilustrar el menosprecio que el SAS muestra hacia los más básicos derechos laborales de estos compañeros.

Pocos pacientes saben que gran parte de los facultativos que les atienden en la consulta como Médicos/as de Familia EBAP lo hacen contratados como DA, en condiciones laborales precarias. El SAS se niega a cubrir las plazas de EBAP vacantes y prefiere mantener hipertrofiado el colectivo de DA para disponer de médicos a los que desplazar a su antojo. Con ello no solo maltrata a los profesionales y alienta su huida de la Atención Primaria, sino que dificulta la prestación de una asistencia sanitaria adecuada a la población.

A igual trabajo, igual retribución

La máxima de “A igual trabajo, igual retribución” debería ser una reclamación innecesaria en la tercera década del siglo XXI, cuando además se hace para personal con igual nivel de capacitación y formación académica. Por desgracia, el agravio organizativo y retributivo entre quienes atienden las urgencias extrahospitalarias andaluzas sigue existiendo.

La organización de las urgencias extrahospitalarias de Andalucía debe ser abordada de manera urgente. El sistema debe garantizar que cualquier ciudadano, con independencia de donde resida, reciba una asistencia de calidad por facultativos que, llevando a cabo las mismas funciones, reciban la misma retribución y tengan las mismas condiciones de trabajo. Es disparatado que las urgencias sean prestadas por diversos grupos que responden a denominaciones tan variadas como “DA En Función EBAP”, “DA En Función DCCU” (Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias), “DA en SUAP” (Servicio de Urgencias de Atención Primaria), “DA en EQUIPOS MÓVILES”. Las urgencias extrahospitalarias andaluzas se han ido convirtiendo en un cajón de sastre en el que hay que poner orden ya.

Desde el Sindicato Médico de Sevilla seguiremos luchando para que todos los facultativos alcancen las condiciones laborales y retributivas que merecen. Quizás no haya un colectivo en los que esta lucha sea más necesaria que los dispositivos de apoyo. Mientras la administración no afronte seriamente el fin de bolsas de precariedad como esta, la diáspora y sangría de profesionales no tendrá fin. Por desgracia, los principales perjudicados seguirán siendo los andaluces.

Comité Ejecutivo

Sindicato Médico de Sevilla

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