El pasado 9 de noviembre nuestra organización denunciaba la pérdida de facultativos asociada al plan de reorganización de las urgencias que se va a llevar a cabo en el Distrito Norte de Sevilla.
En estos días, el Distrito ha comunicado al personal los cambios previstos, que deben ponerse en marcha entre el 8 y el 15 de noviembre. La alarma ha saltado entre los profesionales y los ciudadanos de las zonas afectadas, que ven cómo este plan reduce de manera drástica la cobertura sanitaria de la población. Algunos ejemplos concretos nos permitirán ilustrar el problema al que nos enfrentamos.
En Santa Olalla de Cala se pasará de contar con dos médicos a tener uno solo, pues uno de ellos pasará a cubrir las urgencias de Almadén de la Plata todos los días laborables de 15 a 22 horas, y los sábados, domingos y festivos de 8 a 22 horas. Antes de la pandemia, Almadén contaba con un médico de urgencias propio, pero ahora dispondrá de atención médica de urgencias a costa de reducir la dotación de Santa Olalla. El equipo de urgencias de esta localidad cubre también la atención de Arroyomolinos de León, Cala, Zufre, El Real de la Jara y El Ronquillo. Dada tal dispersión geográfica, si un equipo tuviera que desplazarse a uno de estos municipios, el punto de urgencias de Santa Olalla podría quedar más de una hora sin ningún facultativo.
Una situación similar se da en La Rinconada. Antes de la pandemia, San José de la Rinconada contaba con dos facultativos y La Rinconada con uno. Ahora la atención urgente de La Rinconada pasará a estar cubierta por uno de los facultativos de San José. Una vez más, nos encontramos con que una gran población quedará con un único facultativo de urgencias, quedando el centro sin médico cada vez que este deba salir a atender una urgencia o hacer un traslado al hospital.
Estos dos ejemplos muestran la precariedad en la que desarrollan los médicos su trabajo en Atención Primaria. El SAS anuncia la vuelta a la normalidad con la apertura de los puntos de urgencias anteriores a la pandemia, pero no dice que pretende hacerlo con menos médicos, a costa de aumentar la presión sobre estos e ignorando las consecuencias que esta reestructuración podrá tener para la calidad de la asistencia que recibirá la población. Esta reestructuración olvida, además, que durante el invierno que se avecina, con un repunte de contagios de covid, será necesario mantener el doble circuito en las urgencias, algo imposible si la reestructuración planificada sigue adelante.
El SAS, con medidas como esta, vuelve a demostrar que su gestión ignora de manera sistemática la realidad de la medicina de Atención Primaria. En unas declaraciones realizadas este fin de semana, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, a propósito de las dificultades de los pacientes para conseguir una cita con su médico, afirmaba que “con la nueva Estrategia de Atención Primaria se está logrando reducir esa demora”. Aseguraba asimismo que “el año pasado se pagó el 100% de productividad”. Es sencillamente falso que los profesionales hayamos cobrado el 100% de la productividad, ni este año ni el pasado, y existen fundadas dudas acerca de la eficacia de una estrategia que consiste en suplir la falta de médicos con consultas de enfermería.
En cuanto al plan de reorganización de las urgencias del Distrito Norte de Sevilla, el SAS vuelve a incurrir en un grave error al ignorar que con los médicos disponibles es imposible recuperar la situación anterior a la pandemia. Por ello, desde el Sindicato Médico de Sevilla hemos exigido a la Gerencia que retire este plan para adoptar medidas basadas en criterios epidemiológicos, que tenga en cuenta la plantilla real de facultativos y que, en cualquier caso, respete sus preceptivos descansos.
Comité Ejecutivo del SMS