¿Vale más un voto que una vida?

Llevamos demasiados meses de pandemia para que aún existan controversias sobre las medidas más efectivas para luchar contra ella. Los profesionales sanitarios hemos sido una de las principales víctimas de la falta de rigor de la Administración en la implantación de medidas de protección frente a la infección. La exposición a la infección sin los equipos de protección adecuados ha llevado a muchos compañeros a enfermar y a sufrir secuelas, e incluso a la muerte.

Sin negar los avances en el control de la pandemia que hemos conseguido tras la introducción de las vacunas, es necesario insistir en la necesidad de mantener o incluso potenciar las medidas de prevención de los contagios que se han mostrado eficaces. La inclinación de los políticos a transmitir mensajes excesivamente optimistas es irresponsable y miope. Como se ha visto, el levantamiento precipitado de medidas restrictivas de los contactos sociales ha incrementado los contagios y ha desacreditado a quienes lo decretaron. Produce una inmensa desazón que se valore más un voto que una vida.

Centrándonos en el terreno asistencial, conviene no olvidar que los centros sanitarios pueden ser importantes focos de contagio. Por ello, resulta imprescindible que los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales del SAS pongan el máximo empeño en prevenir la transmisión de la enfermedad en sus centros, redoblando los esfuerzos actuales y abandonando prácticas o protocolos excesivamente burocráticos y teóricos, para centrarse en adoptar decisiones valientes y comprometidas que protejan realmente a los profesionales sanitarios y, por extensión, a todos los pacientes el Sistema Sanitario Público de Andalucía.

La seguridad en el acceso presencial progresivo de los usuarios a los centros sanitarios, la regulación del teletrabajo y la telemedicina en el SAS, la adecuación de las medidas de protección necesarias para evitar nuevos contagios entre los profesionales sanitarios (que se siguen produciendo a pesar de la vacunación masiva conseguida) o el consenso en los periodos de cuarentena o aislamiento tras el contacto estrecho con pacientes positivos son algunos de los asuntos que deberían ser priorizados en materia de prevención.

Los trabajadores sanitarios seguimos necesitando una protección adecuada frente a la infección, para así poder llevar a cabo nuestro trabajo y no ser fuente de contagios entre nuestros pacientes y el resto de la sociedad. Por ello, pedimos a los responsables políticos que envíen a la población mensajes realistas y eviten el optimismo infundado, que potencien las medidas de protección que se han demostrado eficaces y siguen siendo necesarias y, por último, que eviten ahogar con burocracia y farragosos protocolos las medidas dirigidas a proteger a los trabajadores de los contagios. Otra fuente de profunda desazón es vernos obligados a repetir sin descanso que la pandemia no ha acabado.

Comité Ejecutivo del SMS

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