El pasado lunes, 13 de noviembre, sobre la una y media de la tarde, todavía pasando su consulta diaria y atendiendo a un paciente, un energúmeno abrió la puerta, sin llamar, y comenzó a gritar al facultativo insultándole y menospreciándole porque, según el individuo, venía de urgencia, llevaba mucho esperando y le dolía el brazo. Eso aderezado con todo tipo de menosprecios e insultos, terminando por salir de la consulta dando un gran portazo, siguiendo los insultos fuera de la misma. Al parecer, los escasos minutos que tenemos asignados a las consultas eran mucho tiempo para esperar.
Una vez atendido el paciente que estaba en consulta, el energúmeno vuelve a entrar precipitadamente gritando, insultando y amenazando. El facultativo salió de la consulta, pidió dieran aviso a la policía y tuvo la profesionalidad de volver, atenderlo en un primer momento y, tras indicarle que le hicieran unas pruebas, pidió ayuda a una compañera y acudió al servicio de urgencias para ser atendido él mismo por encontrarse nervioso, tembloroso, con taquicardia y aumento de la tensión arterial. Al centro acudió la Guardia Civil que se hizo cargo del agresor.
Tras comunicar a la dirección del centro lo ocurrido y rellenar el parte de accidente laboral, acudió a la Policía Local, donde interpuso la correspondiente denuncia.
Por nuestra parte, todo el apoyo al compañero y volveremos a solicitar del SAS actúe de oficio contra el agresor y le reclame haga frente a todos los daños ocasionados, entre los que se encuentran los correspondientes a los ocasionados por la baja del profesional, aún cuando no sustituya la ausencia y sean sus compañeros los que tengan que ver a sus pacientes, y la disminución de haberes en su nómina durante el tiempo de recuperación pues, aún tratándose de un accidente laboral, se le detraen los complementos variables.