Alvaro Nieto: continúa la caza de los médicos

La aplicación algo más que estricta del punto 3º de la circular 8/94, desconocida para la gran mayoría de médicos de familia, así como de los art. 72 y 73 de la Ley 55/2003 del Estatuto Marco y aprovechando las infames condiciones de trabajo, derivadas del elevadísimo número de pacientes que tenemos a diario, y la falta de sustitución de las ausencias impuestas por la imperiosa prioridad de ahorro de la SAS, base de la productividad de sus directivos, que permite a determinados individuos aprovechar para visitar a todos los médicos de la comarca sin limitaciones, ha sido aprovechada por Alvaro Nieto, Director Gerente prorrogado en su puesto directivo tras haber sobrepasado los 65 años reglamentarios, para hacer sangre.

Para abrir primero un expediente selectivo a dos profesionales, de unos 20 implicados en el tema, y sancionarlos, después, con un mes de suspensión de empleo y sueldo como medida ejemplarizante y amedrentadora para todo el colectivo médico de su influencia. Porque si no se trata de esto, no es posible encontrar razones para el castigo a profesionales que le arreglan su elevada productividad día a día con el trabajo de sus riñones.

Las continuadas visitas de un paciente indecente a unos 20 médicos de la zona le llevaron también a la consulta de uno de los sancionados. Las dos primeras veces con su informe del especialista, como todos. Y en la tercera ocasión, con el informe “caducado”, es enviado para su revisión y, ¡el gran error!, para no dañar su salud por aquello del “primum non nocere”, ya olvidado desde hace muchos años por el galeno Gerente político, se le prescribió el medicamento solicitado.

Como habían hecho muchos de sus compañeros, durante mucho tiempo, tras revisar su patología y las dosis de tratamiento en su historia, continuó la prescripción hasta advertir que el informe del especialista debía ser renovado. En la tercera visita, y no sin enfrentamiento con el sujeto por defender la responsabilidad depositada en nuestro trabajo, lo derivó y no apareció más por su consulta. Si por otras.

Ninguno de los médicos que habían sido engañados por el paciente sabía que se trataba de un sinvergüenza que aprovechaba su propia patología, real, para hacer negocio probablemente. Pero Alvaro Nieto, Director Gerente del Distrito Sanitario Aljarafe y Norte sí que lo sabía, lo seguía desde hacía tiempo. Y NO LES AVISÓ. A ninguno. Denunció al paciente ante la justicia, que no encontró delito en lo que había hecho, ni advirtió causa alguna para los médicos que habían intervenido.

Y aquí empezó su persecución selectiva. Escogió a dos chivos expiatorios, porque escoger solo a uno que además hacía poco que era delegado sindical hubiese sido demasiado evidente, para aprovechar la ocasión de machacarlos y reprimir la dignidad de todos los que, a diario, les sacan las castañas del fuego sin recursos, sin personal, sin tiempo. Destrozar a los que, con tan poca vergüenza, proclaman públicamente que son lo mejor que tienen y que sin ellos sería imposible (la única verdad, lástima que sea interesada y pelotillera, que de nosotros dicen los políticos).

Sin ni siquiera tener en cuenta los informes pasados y presentes del paciente durante años, emitidos por sus especialistas correspondientes con indicación de pautas definidas, alega en el expediente que existe una mala indicación y dosificación del medicamento, que achaca a los dos expedientados.

Como siempre, matando al mensajero. La crueldad del que tiene el poder en sus manos y que se muestra muy duro con el débil para ser sumiso con el fuerte. Así, incluso llega a acusarlos de hacer un uso indebido o fraudulento de las prescripciones hechas. Los médicos somos responsables, según el ínclito Alvaro Nieto, de lo que el paciente hace con sus medicamentos. ¡Cuidado! Para éste seremos responsables de cualquier queja por un efecto secundario o, más aun, de cualquier intento de suicidio farmacológico.

La conclusión sancionadora del Director Gerente del Distrito Sanitario Norte y Aljarafe es que se incumplió el punto 3º de la circular 8/94, de obligado cumplimiento, y que el Gerente y su departamento de farmacia se encarga de recordarnos continuamente para que estemos prevenidos. ¿A que sí? Esta norma dice que no se pueden dar medicamentos a pacientes cuyo informe del especialista esté caducado hasta que se haya renovado. Visto las consecuencias, para evitar la suspensión de empleo y sueldo, recomendamos a todos los médicos no den medicación alguna prescrita por un especialista que no cumpla esta normativa. Si, si. Somos conscientes de la ingente cantidad de veces que hemos salvado a los pacientes de dejar su medicación porque tenían su informe caducado y la cita se la habían dado para unos meses más tarde. Hay solución, envíenlos a la Dirección del Distrito para que les arregle lo que antes hacíamos nosotros. Tened presente este expediente porque nos jugamos el pan nuestro de cada día.

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