Querido Presidente y compañeros del S.M.S.
Ejerciendo mi profesión, se han ido deslizando mis días y se han ido desgranando mis ideas.
Así ha divagado mi alma… nunca supe hacer otra cosa.
Ahora es tiempo de ensoñar, que es algo más que soñar.
Ha llegado la hora de vivir los sueños y los ensueños que han ido forjando mi alocada imaginación.
Si, ha concluido mi vida laboral, pero no se ha truncado la hipérbola de mi ilusión… seguiré sintiendo como he soñado.
Desde esta segunda parte de la flor de mi vida os quiero manifestar mi vivo agradecimiento por considerarme compañero, porque así habéis ayudado a que mis crepúsculos se conviertan en auroras y, gracias por haberme ofrecido una amistad que será inmarcesible.
Señor, Presidente:
El día 27 de abril de 2013, por fin, es mi último día de trabajo en el SAS por lo que solicito aceptes mi pase a la situación de afiliado honorífico en el sindicato que tan dignamente diriges.
Guardaré los gratos recuerdos que hemos vivido como compañeros y el reconocimiento de tu amistad.
Carlos Gálvez Martínez
Estimado Carlos:
Me llega tu amable carta justo cuando estaba manejando un estadillo que refleja cómo se van a ir jubilando los médicos del SAS de aquí a 2050.
Más tarde o más temprano a todos se nos deslizarán los días y nos llegará la hora de abandonar la consulta o el hospital, aunque ser médico es como ser torero, nunca se deja de serlo.
Son muchos los compañeros que se sienten satisfechos con la labor de los delegados del sindicato, pero son pocos los que tienen la ocurrencia de plasmarlo por escrito y enviarlo por correo.
Te agradecemos mucho tus amables palabras de aliento que serán para nosotros un acicate para esforzarnos más. Y tu seguirás siendo un afiliado de este sindicato que es tuyo y de todos, honorífico, pero afiliado.
Un fuerte abrazo,
Antonio Gutiérrez